Fonoaudiología
La fonoaudiología evalúa, diagnostica e interviene en los trastornos de la comunicación humana, en las áreas del lenguaje (oral y escrito), habla, voz y audición. Las patologías más frecuentes que atienden los fonoaudiólogos son retraso y trastornos en el lenguaje y el habla en caso de niños; y en el caso de los adultos, trastornos de la voz orgánicos o funcionales y trastornos de la comunicación y deglución secundarios a accidentes vasculares, entre otros. Algunas de las pruebas que el fonoaudiólogo puede realizar para diagnóstico y seguimiento de estas patologías son AUDIOMETRÍAS, IMPEDIANCIOMETRÍA y las OTOEMISIONES ACÚSTICAS.
STAFF PROFESIONAL:
LIC. PASCHETTA GISELA
LIC. VILLAREAL CELESTE
Profesional Asociado: LIC. ALMAGRO LORENA
Preguntas Frecuentes
Desde el nacimiento se puede evaluar la audición a través del estudio de otoemisiones acústicas (OEA).
Las otoemisiones acústicas evalúan la función de la cóclea (oído interno) a través del llamado eco coclear.
Se trata de una prueba de audición simple y fácil de realizar: se coloca un pequeño dispositivo en el oído del bebé, el que emite una señal que es procesada por un computador. Luego de un minuto es posible saber si el niño tiene disminuida su audición.
Es importante que se pueda aplicar este Programa Nacional dado que es un derecho que tiene todo niño recién nacido. Dado que la audición es tan importante para la adquisición del lenguaje, la pérdida de la misma (hipoacusia) puede ocasionar graves trastornos en la comunicación.
Cuando observe que su hijo:
No pronuncia palabras o frases en forma espontánea
Entienda menos de la mitad del habla del niño
No puede seguir instrucciones sencillas.
Los niños de 16 a 24 meses: pueden utilizar alrededor de 20 palabras y combinar 2 o 3 para armar frases.
Cuando el niño inicia su escolaridad primaria debe contar con conocimientos lingüísticos, es decir con síntesis de experiencias referidas al lenguaje que ha podido realizar en el transcurso de su corta vida. Es un bagaje de expresiones y significaciones, el cual conformará junto con otras funciones, el pasaporte hacia la apropiación de un sistema de representación, lectura y escritura, que no le es extraño, pues las actividades de interpretación y de producción de la lectura y de la escritura comienzan antes de la escolarización. Entonces la escuela, en la figura del maestro, le propone ir construyendo el proceso interactivo que constituye la esencia de todo aprendizaje, en este caso básicamente, el de la lectura y el de la escritura.