Gastroenterología

La gastroenterología se dedica al estudio de las enfermedades del esófago, estómago, intestinos páncreas e hígado. 

El Servicio de Gastroenterología, cuenta con un centro especializado para el estudio y tratamiento de las enfermedades gastrointestinales. El objetivo es lograr la más alta calidad y seguridad en prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades del aparato digestivo. Para ello cuenta con un equipamiento de video endoscopía digital de avanzada tecnología, que permite realizar prácticas diagnósticas y terapéuticas que sólo se llevan a cabo en centros especializados.

STAFF PROFESIONAL:

DR. SALVATIERRA CARLOS

DR. SALVATIERRA EMILIANO

Preguntas Frecuentes

Los divertículos son pequeños sacos que pueden formarse en cualquier porción del tubo digestivo, apareciendo con mayor frecuencia es en el intestino grueso (colon). Entre el 5 y el 10 % de la población general los padece. A partir de los 50 años son más frecuentes y a medida que pasan los años, la probabilidad de sufrir una diverticulosis (inflamación del divertículo) se va incrementando.

Cuantos menos alimentos ricos en fibra se consume, mayor es la aparición de divertículos. La dieta para reducir los divertículos se basa en disminuir los espasmos o contracciones intestinales. El consumo de una dieta rica en fibra es la mejor vía para conseguirlo. De tal modo, los pacientes que no tienen síntomas no requieren tratamiento específico. Sin embargo se aconseja aumentar las fibras en la dieta y disminuir el consumo de alimentos que generan gases y las bebidas gaseosas.

Para el caso de las complicaciones, o ante la presencia de dolor abdominal o trastorno de la evacuación, el paciente debe consultar con el médico especialista sobre el tratamiento y dieta a seguir.

Cada persona, sin importar la presencia o no de divertículos, debe intentar consumir esta cantidad de fibra diaria. Los alimentos con alto contenido en fibras incluyen a los panes y galletas integrales, frutas, verduras (brócoli, acelga, espinaca, zanahorias, espárrago, calabaza, zapallo, zapallitos, etc.), arroz integral y productos del salvado, entre otros alimentos. Los frutos secos (almendras, avellanas o nueces, entre otras) y las frutas desecadas (orejones, ciruelas, uvas e higos secos) son incluso más ricos en fibra que los anteriores. Sin embargo, los primeros contienen mucha grasa, por lo que pueden resultar calóricos e indigestos y generar hinchazón. Las legumbres también son alimentos ricos en fibra, pero al igual que las frutas ácidas (cítricas), no se recomiendan debido a que suelen generar flatulencias y distensión abdominal.

Respecto de los vegetales y frutas con semillas o piel, no está comprobado que puedan desencadenar complicaciones diverticulares y por lo tanto, en los pacientes sin síntomas, pueden consumirse.

El cáncer de colon y recto es una de las formas más curables de cáncer. Cuando se detecta tempranamente y se trata en forma rápida, más del 75% de los pacientes pueden curarse y volver a una vida normal.

El cáncer de colon y recto se desarrolla a través de un largo período de tiempo, de modo que es posible detectarlo mucho antes de que ocurran los síntomas. La detección precoz de pequeños cánceres en forma de pólipos también aumenta la posibilidad de curación, aún por métodos no quirúrgicos.

El cáncer colorrectal es una enfermedad frecuente y la gran mayoría de los casos ocurren después de los 50 años. Los individuos con antecedentes familiares de cáncer colorrectal, pólipos en el colon o colitis ulcerosa, tienen mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.

Tres tipos de estudios pueden detectar el cáncer colorrectal en forma simple, segura, con escasa molestia y en forma temprana:

El tacto rectal, realizado por su médico para detectar un tumor en el recto. En los hombres, este examen permite al mismo tiempo palpar la próstata.

El estudio de sangre en materia fecal, que estudia la presencia de sangre no visible en las deposiciones, lo cual puede ser un signo de cáncer u otras enfermedades internas.

La videoendoscopía colorrectal, en el cual el médico inspecciona estos órganos por medio de un instrumento flexible. Este aparato permite examinar con detenimiento toda la longitud del intestino grueso y si alguna anormalidad es descubierta, puede tomarse una pequeña porción de tejido para su análisis.

Frecuentemente, una lesión antecesora del cáncer, llamada pólipo, puede ser detectada y habitualmente extirpada por el mismo método videoendoscópico, en forma ambulatoria y con escasa molestia para el paciente. Si un cáncer es hallado, la cirugía, a veces combinada con otros métodos terapéuticos, es el método más efectivo de tratamiento.

Las recomendaciones actuales para la realización de estos procedimientos son las siguientes:

Un tacto rectal anual, a partir de los 40 años de edad.

Un estudio de sangre oculta en materia fecal anual, después de los 50 años.

Un examen endoscópico cada 5 años después de los 50, siempre que los anteriores hayan resultado negativos. Su médico puede solicitarlos antes o con mayor frecuencia dependiendo de sus antecedentes familiares, patologías previas.

Estas indicaciones son válidas para personas sin síntomas:

Si usted nota sangre en la materia fecal, o presenta cambios en su hábito de evacuar, debe consultar a su médico sin demora.

Si presenta además antecedentes familiares de pólipos o cáncer de colon o recto es probable que necesite realizar los estudios a una edad más temprana.

La colonoscopia virtual es una modalidad diagnóstica no invasiva para la evaluación del colon y recto.

Se realiza por medio de un tomógrafo y luego se reconstruyen las imágenes de las paredes del recto y colon. De esta forma permite obtener imágenes similares a las de un colon por enema sin movilizar al paciente y sin utilizar ningún tipo de contraste, siendo así un estudio ágil y rápido sin necesidad de mayor colaboración por parte del paciente.

Su indicación precisa es la detección de lesiones polipoideas o de tumores del tubo digestivo bajo. Surge también, como una alternativa para aquel paciente que tiene contraindicación para la anestesia de un procedimiento convencional o ante la imposibilidad de evaluar la totalidad del colon, ya sea por una mayor longitud de este (dolicocolon), por tortuosidades de sus segmentos anatómicos que dificulten progresar el endoscopio, o por estrecheces de su luz producidas por un tumor de considerable tamaño y poder definir la existencia o no de otras lesiones sincrónicas (en otro segmento del colon).

Es una técnica no invasiva, con buena tolerancia y bajo riesgo de complicaciones.

No anestesia para su realización.

Permite evaluar el colon en toda su extensión incluso en aquellos que presentan tortuosidades de segmentos anatómicos o de mayor longitud (dolicolon) o quienes tengan estreches por una lesión tumoral.

Permite a su vez, evaluar la totalidad de la cavidad abdominopelviana, y detectar anormalidades extracolónicas.

La técnica tiene un alto costo que supera largamente al de una videoendoscopía convencional. En general no es cubierta por el sistema de obras sociales.

Es sólo un procedimiento diagnóstico que no permite obtener muestras de tejidos o lesiones (biopsias) y si se hallan lesiones es necesario realizar un estudio convencional a fin de extirparlas.

Al tratarse de un método de visualización indirecta, existe dificultad en la detección e interpretación de pequeñas lesiones, a diferencia de una videoendoscopía que presenta visualización directa, intensificación de imagen y posibilidad de lavar o manipular la lesión.

Es una microcámara endoscópica en forma de píldora (peso 3,7 g) que permite examinar al intestino delgado. Transita por el tubo digestivo del paciente en pocas horas, como si fuera un alimento, realizando el recorrido ayudada por el movimiento natural del tracto digestivo, para luego ser expulsada por el ano. Es un sistema seguro y permite visualizar zonas del intestino delgado de difícil acceso para la endoscopia tradicional.

En casos de hemorragia digestiva, cuya causa no es clara.